Servicios de traducción jurada que garantizan la veracidad en la traducción y la validez legal
de los documentos traducidos.
Nuestro equipo de traductores jurados certificados por autoridades competentes asegura
la precisión y la fidelidad en la traducción de documentos legales, contratos o certificados,
entre otros.
La traducción jurada es, ante todo y sobre todo, una traducción oficial con valor legal.
Se realiza por un traductor jurado acreditado por el gobierno, aunque esto varía dependiendo del país en el que se vaya a presentar la documentación
traducida y existen diferentes casos y excepciones. La traducción tiene validez legal en distintos ámbitos como en los juzgados, en trámites de
inmigración y en procedimientos legales o administrativos, entre otros. El traductor jurado actúa prácticamente como un notario de la traducción
y certifica, mediante su firma y sello oficial, la fidelidad y precisión de la traducción.
La traducción jurada es necesaria en situaciones en las que se requiere la legalización de documentos que están en otros idiomas, como en procesos de inmigración, estudios en el extranjero o trámites legales y comerciales, por ejemplo.
Los ámbitos de aplicación más comunes para la traducción jurada son los documentos oficiales, como certificados de nacimiento, matrimonio o defunción, títulos universitarios, certificados médicos, contratos laborales, escrituras notariales, etc.
En Word Works contamos con una extensa experiencia en gestión de traducciones juradas para su presentación en distintas partes del planeta.
Cada país tiene sus propias condiciones. Existen países donde la traducción debe ser notarizada en territorio nacional para tener valor legal, hay otros donde basta con la certificación y sello de una empresa de traducción certificada , pero también hay países donde la traducción debe ser certificada por un servicio oficial de la provincia donde vaya a ser presentada.
Las normas de calidad ISO 9001 e ISO 17100 son estándares internacionales que establecen requisitos para la gestión de la calidad y la traducción, específicamente.
ISO 9001 para los procesos generales de calidad.
ISO 17100 para la calidad aplicada directamente a la gestión y ejecución de proyectos de traducción.
ISO 18587 para la calidad aplicada a las herramientas tecnológicas empleadas en los procesos de traducción automática.
El certificado ISO 13485 es una norma internacional que establece requisitos para sistemas de gestión de calidad en la industria de dispositivos médicos.
Dependiendo del uso que se le vaya a dar. Si la traducción debe emplearse en recursos legales, debe ser jurada.
Si la traducción es de carácter informativo o divulgativo, por ejemplo, no necesita ser jurada.
La mejor manera de estar seguro es que te pongas en contacto con nuestro equipo y charlemos. Con más información,
podremos decirte cuál es la mejor manera de proceder y si necesitas una traducción jurada o no.
El proceso de realización de una traducción jurada es similar al de una traducción convencional,
solo que únicamente puede llevarse a cabo por traductores habilitados a tal efecto (una vez más,
dependiendo del uso y país al que vaya dirigida)..
Por norma general, el traductor jurado llevará a cabo tanto la traducción como la revisión,
ya que su firma y sello lo hacen responsable legal de la veracidad del contenido traducido.
Un traductor jurado, en España, es aquel que, tras un examen, cuenta con la certificación oficial del Ministerio de Asuntos Exteriores
y de Cooperación de España.
Lo mismo ocurre con el intérprete jurado que, a diferencia del traductor, en lugar de traducir textos escritos, realizará interpretaciones orales,
en juicios o litigios de diferente índole legal
Depende de hacia dónde vaya dirigida esa traducción. En España, la traducción jurada la puede llevar a cabo
únicamente un traductor jurado, certificado mediante examen por el Ministerio de Asuntos Exteriores y de
Cooperación de España.
Sin embargo en Portugal, por ejemplo, no existe la figura de traductor jurado, por lo que para que una traducción
tenga valor legal en nuestro país vecino, el texto debe ser traducido por un traductor cualquiera (dependerá de la especialidad)
y posteriormente notarizado por un notario portugués.
Las traducciones realizadas por los traductores jurados tienen un valor legal y oficial reconocido por las autoridades. Es decir,
una vez que un traductor ha sido nombrado y registrado como jurado, sus traducciones tienen validez en cualquier ámbito donde se
requiera una traducción oficial, como trámites administrativos, judiciales o académicos.
Las traducciones juradas son una garantía de que el documento original y su traducción tienen el mismo valor legal y que la
traducción es fiel al original.
Las traducciones juradas son habitualmente exigidas por organismos oficiales, como consulados, embajadas, juzgados, notarios y
administraciones públicas, entre otros.
También pueden ser necesarias para trámites de estudios, solicitud de visados, procesos de naturalización y otros procedimientos legales.
Además, algunas empresas privadas también pueden solicitar traducciones juradas para documentos oficiales relacionados con su
actividad empresarial, como contratos internacionales, certificados de calidad, patentes y registros de marcas.
Depende del país y del tipo de proceso en cuestión. En general, si el documento original está redactado en un idioma distinto al oficial
del país donde se presenta, es posible que se requiera una traducción jurada para que sea aceptado como prueba en un proceso legal.
Sin embargo, las normas pueden variar en función del país y del tipo de proceso en cuestión por lo que es recomendable informarse con
antelación acerca de los requisitos específicos en materia de traducción jurada en cada caso concreto.
Los traductores jurados adquieren un compromiso legal con sus traducciones por lo que tienen que pasar un examen exhaustivo para ser nombrados por el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación de España.