Logo simplificado Word Works
Logo simplificado Word Works
IMG_ICONOTLF01

+34 91 640 37 38

IMG_ICONOMENUMAIL01
IMG_ICONOMENUWHATSAPP01
IMG_PRESENTACION01
¿Qué hay que tener en cuenta cuando traducimos un archivo a varios idiomas?
Madrid, 24/03/2024
Puede que no te lo hayas planteado nunca, pero no es lo mismo traducir un texto a un solo idioma que a muchos idiomas diferentes.
IMG dr

Un trabajo en equipo:

Todo proyecto de traducción debe ser un trabajo en equipo, pero, en el caso de proyectos de traducción a varios idiomas, es de vital importancia que todas las partes estén perfectamente sincronizadas, ya que cada una desempeña un papel fundamental.

En primer lugar, por los traductores. Cada idioma es un mundo, con sus propias reglas e idiosincrasias, y, para poder trasladar un mensaje de la forma más fiel posible, hay que ponerse en las manos de un especialista, un lingüista nativo en el idioma de destino y experto en el idioma original, que conozca a fondo los rincones de la lengua y de la cultura de su país para poder elegir las opciones más adecuadas para el destinatario, el contexto y la finalidad del texto en cuestión.

Sin embargo, en los proyectos multilingües ninguna traducción es una isla. Aunque los traductores suelan trabajar en solitario, cuando se traduce un mismo texto a varios idiomas es importante crear una red de comunicación, ya que cada duda que surja con la traducción a un idioma y cada decisión y razonamiento idioma que se aplique, podría afectar también a todos los demás.

Por lo tanto, para obtener un resultado óptimo, es necesario que alguien se encargue de coordinar el trabajo, y la comunicación entre los lingüistas (y los textos) para asegurarse de que haya coherencia entre las diferentes traducciones.

IMG dr

¿Y quién se encarga de esta tarea? En las agencias de traducción, este trabajo de coordinación es responsabilidad de la gestora de proyectos, que sirve de puente entre los traductores, comparte las dudas y los descubrimientos de cada uno de los lingüistas con los demás, además de ayudar a buscar soluciones comunes.

La gestión de proyectos de traducción es un trabajo apasionante, porque todos los días nos permite aprender algo nuevo sobre las lenguas y las culturas más variadas.

Además, junto con el responsable del control de calidad, la gestora del proyecto se encarga también de realizar las últimas comprobaciones finales de todos los textos; esta es una fase muy delicada, ya que es el último paso antes de la entrega al cliente. Gracias a nuestras herramientas especializadas, analizamos las traducciones, podemos contrastarlas con el texto original y localizar todas las posibles erratas o incoherencias en el texto. En el caso de los proyectos multilingües, este es el momento en el que podemos comparar las decisiones tomadas por los diferentes traductores y unificarlas si hace falta.

La importancia de la coherencia:

“Coherencia” es una palabra clave en el mundo de la traducción. Cuando traducimos nos enfrentamos constantemente a dilemas que hay que solucionar y en muy pocas ocasiones habrá una sola respuesta correcta. Casi siempre, el idioma nos ofrece un amplio abanico de opciones entre las cuales hay que saber elegir. Esto es lo que hace que nuestro trabajo sea un reto tan interesante y complejo.

Para tomar estas decisiones hay que dejarse guiar por criterios que pueden depender de varios factores: el registro más adecuado para el contexto, las indicaciones específicas del cliente, las normas lingüísticas, sociales y culturales de cada país, etc. Y es aquí donde cobra tanta importancia la coherencia, ya que, sea cual sea la decisión que se haya tomado, es fundamental que esta se mantenga a lo largo de todo el texto.

En los proyectos multilingües, este reto se convierte en una cuestión colectiva, porque es importante comprobar que todos los lingüistas hayan seguido los mismos criterios o, si no lo han hecho, asegurarse de que esto se deba a las diferentes características de cada idioma de destino.



¿Algún ejemplo?

En los textos que se dirigen directamente al lector, por ejemplo, una de las primeras preguntas que siempre nos hacemos es cuál es el nivel de formalidad. Esta decisión dependerá ante todo de las indicaciones del cliente: algunas empresas querrán usar un tono cercano e informal y otras preferirán un trato más formal y serio. En caso de que tengamos indicaciones de este tipo, será fundamental trasladarlas a todos los traductores y asegurarse de que las sigan.

Por otro lado, el concepto de formalidad varía mucho en cada idioma y cultura. En Francia y en Portugal, por ejemplo, el uso del “vous” y del “você” es mucho más común que el “usted” en castellano, también en contextos que no se consideran necesariamente formales. Para tomar estas decisiones, por lo tanto, tendremos que dejarnos asesorar también por el criterio y la experiencia de cada lingüista nativo.

Otra decisión importante que hay que compartir pasa por saber qué traducir y qué no. Aunque parezca casi paradójico, en traducción no todo se traduce. Eslóganes, nombres de productos, expresiones recurrentes, términos conocidos en inglés… Frente a textos que contengan cualquiera de estos casos, el traductor se encuentra a menudo con un dilema: ¿qué NO traducir? Como siempre, las respuestas podrán ser varias y dependerán de las indicaciones que el cliente nos haya dado, si es que nos ha dado alguna indicación, pero también de la idiosincrasia de cada idioma.