¿Qué es el registro y por qué es importante?
Va más allá de la elección de palabras; es la forma que tiene una marca de reflejar su personalidad a través de la comunicación. Puede ser
cercano, formal, entusiasta, profesional o incluso irreverente, dependiendo de la identidad de la marca y las expectativas de su público.
En un entorno global, el estilo comunicativo tiene un papel aún más importante. Cada mercado se rige por sus propias normas culturales, sensibilidades
y formas de comunicación. Lo que puede percibirse como simpático y cercano en un país podría interpretarse como poco profesional en otro. Por ello,
definir y mantener un registro coherente, pero adaptable según la cultura del público de destino, es esencial para construir confianza y fidelidad.
Cómo definir el registro y el estilo de tu marca
Definir un estilo comunicativo pasa por hacer un análisis profundo de la identidad y los valores de tu empresa. Aquí tienes los pasos clave
para hacerlo:
1. Identifica tus valores fundamentales:
¿Qué representa tu marca? ¿Cuáles son los principios que guían tu comunicación? Por ejemplo, una empresa que prioriza la innovación puede
optar por un tono dinámico y futurista, mientras que una marca que da mucho valor a lo tradicional podría elegir uno más formal y respetuoso.
2. Conoce a tu público:
El estilo comunicativo debe resonar con los valores y expectativas de tus clientes. Un público más joven puede responder
mejor a un regstro desenfadado y humorístico, mientras que un público corporativo puede preferir un enfoque más serio
y profesional.
3. Define tu estilo:
Establece guías claras sobre cómo debe ser tu comunicación. Esto incluye elegir entre estilos como directo o narrativo,
emocional o racional, y formal o informal.
4. Adapta según el canal:
Aunque el registro debe ser coherente, también debe ajustarse a las características de cada canal. Por ejemplo, los
mensajes en redes sociales pueden ser más cercanos, ligeros y visuales, mientras que los comunicados de prensa requieren
un enfoque más estructurado y formal.
Coherencia vs. flexibilidad: el desafío global
Una de las cuestiones más complicadas de la comunicación internacional es equilibrar la coherencia global y la adaptación local.
Una marca debe ser reconocible en todos los mercados, pero también debe respetar las diferencias culturales y lingüísticas.
Por ejemplo, una empresa de moda que utiliza un registro atrevido y creativo en su mercado local puede necesitar moderar ese enfoque
en mercados donde se valora más la discreción o la formalidad. La clave está en mantener la esencia y el estilo sin dejar de hacer
ajustes estratégicos para adaptarse al contexto cultural de destino.
Ejemplos de éxito en la elección del registro
Algunas marcas globales son un ejemplo perfecto de cómo un estilo bien definido puede fortalecer su presencia en diferentes mercados.
• Airbnb: Su tono cercano y acogedor refleja su compromiso de hacer sentir a sus clientes como en casa, independientemente de dónde se encuentren.
Además, adaptan este registro a cada cultura sin perder esa sensación de hospitalidad.
• Nike: Su tono inspirador y motivacional se mantiene coherente en todos los idiomas, pero ajustan los matices para reflejar las aspiraciones
deportivas y culturales de cada mercado.
Estos casos demuestran que un estilo sólido a la par que adaptable es una gran ventaja competitiva en el mercado global.
Cómo mantener el estilo en equipos multinacionales
Cuando las empresas operan en múltiples regiones, son los equipos locales los que suelen encargarse de la comunicación; esto puede generar
incoherencias si no existen pautas de trabajo claras. Para evitarlas, se deben implementar prácticas como:
• Crear una guía de estilo: Este documento debe incluir ejemplos concretos del registro que
se quiere utilizar en diferentes situaciones, así como términos o frases recomendados y aquellos que se
deben evitar.
• Formar a los equipos locales: Es esencial asegurarse de que todos los equipos comprenden
y comparten la visión de la marca. Ofrecer cursos formativos puede ser una excelente manera de garantizar
la alineación.
• Utilizar herramientas de colaboración: Existen herramientas de gestión de contenido centralizadas
que pueden facilitar la comunicación entre equipos y asegurar la coherencia.
El papel de la tecnología en la gestión del estilo comunicativo
En el mundo digital en el que vivimos, la tecnología es una poderosa aliada para mantener la coherencia en el estilo.
Aunque hay disponibles herramientas como procesadores de lenguaje natural e inteligencia artificial que dicen poder
analizar textos para asegurarse de que cumplen con las guías de estilo de una marca, la tecnología no puede sustituir
al criterio humano. Aunque puede servir para ayudar a identificar incoherencias, la sensibilidad cultural y los matices
emocionales siguen siendo áreas donde la experiencia humana es insustituible.
Evita errores comunes
No tener un estilo comunicativo definido puede generar errores que, a la larga, salen caros, como mensajes incoherentes
o que alienan al público objetivo. Los errores más comunes suelen ser los siguientes:
• Exceso de formalidad o informalidad: Adaptar el registro al público es crucial. Un mensaje demasiado formal puede parecer distante,
mientras que uno demasiado coloquial puede resultar poco profesional.
• Uso incoherente de distintos registros: Las variaciones significativas entre regiones o canales pueden confundir a los clientes
y debilitar la identidad de la marca.
• Falta de sensibilidad cultural: No tener en cuenta los valores y las normas sociales locales del público objetivo puede llevar
a malentendidos o incluso llegar a ofender involuntariamente a los clientes.
El registro y el estilo constituyen una declaración de quién es tu marca y qué representa. En un entorno global, definir y mantener
un estilo único, coherente y culturalmente correcto es esencial para construir confianza y fortalecer el vínculo con el público objetivo.
Las empresas que invierten en desarrollar y gestionar profesionalmente su comunicación están mejor posicionadas a la hora de destacar
en un mercado cada vez más competitivo. No se trata solo de transmitir un mensaje, sino de hacerlo de una manera que resuene con las personas,
independientemente de dónde se encuentren.